Barberías, un negocio rentable y de moda que te seduce a invertir

Las barberías y peluquerías clásicas vuelven con gran éxito al mercado de estética masculina; en México es ya un negocio de más de 300 mdd. Firmas mexicanas ya se encuentran en Asia, Europa y algunos países de América.


Blanco y rojo, los dos colores giran sobre un cilindro pequeño, lo vemos y entonces sabemos que estamos frente a una de tantas barberías. Casi nadie sabe por qué este emblemático objeto está donde los señores se arreglan la barba y se cortan el pelo, conversan con amigos y leen periódicos.

Ocurre que los barberos antes, también eran dentistas y hasta cirujanos, la gente acudía a ellos por la confianza que se les tenía como gente amigable y trabajadora. Ellos atendían males que tenían que ser intervenidos a cuchillo.

Para dar a conocer a la gente que ahí se daban esos servicios, además del arreglo de los caballeros, los dueños de los negocios colocaban un cartel con una mano de la que se derramaba sangre.

Por supuesto eso no daba una buena impresión, así que decidieron pintar un pequeño poste de rojo, en representación de la sangre y rodearlo con una venda blanca con el ánimo de mostrar que ahí había servicios médicos.

A finales del siglo XIX, en la mayoría de ciudades, la presión de los cirujanos verdaderos sacó de la actividad a los barberos, pero conservaron el famoso poste que hoy en día seguimos viendo en muchos de estos negocios.

Hoy, el barbero es una persona cuya ocupación es afeitar, cortar y acondicionar el cabello; es amable, además de confidente de sus clientes. Su lugar de trabajo se le conoce como barbería o peluquería.

Ahí acudían a arreglarse nuestros padres o abuelos. Eran al mismo tiempo, lugares de reunión para la chorcha entre amigos, un buen sitio para leer el periódico, revistas, comentar las noticias y crear polémica.

Claro que servían para expresar la preocupación pública y la participación de los ciudadanos en los debates sobre temas de actualidad. Pero sin duda, también influyeron en ayudar a formar la identidad masculina.

Otras funciones accesorias que desempeñaban los barberos son las de mantener el lugar de trabajo limpio barriendo los cabellos del anterior cliente, mantener en buen uso las herramientas y, eventualmente, vender champús, tintes, pomadas y otros productos destinados al mantenimiento y embellecimiento del cabello y la barba.

En un tiempo pasaron de moda, pero hoy lo vuelven a estar. Los varones están yendo de la estética unisex a la peluquería de barrio. En los primeros espacios, las mujeres eran las dueñas, pero ahora, un nuevo concepto de barberías vive un boom.



FUENTE: www.altonivel.com.mx